El miedo de vivir y de morir

 "Solo imagina lo precioso que puede ser arriesgarte y que todo salga bien" 

- Mario Benedetti 


Estoy frente a la venta de mi departamento en el octavo piso, miro hacia abajo y la avenida más concurrida que cruza casi toda la ciudad es un caos, los coches pitan y la gente se grita de cosas aunque poco se entiende porque tienen los vidrios del auto arriba; después miro hacia arriba y el cielo tiene un azul que he visto y que reconozco de otros días

El agua hirviendo en la estufa me llama y entonces camino en dirección a ella. Tomo la cacerola, vierto un poco de agua y la taza se pinta de café. Casi todos los días, al despertar, lo primero que mi cabeza piensa es si hoy será un día diferente, a veces me abruma lo nuevo y cuando eso pasa, borro todo pensamiento, me despabilo y me pongo en acción casi en segundos. Otros días solo hago la misma rutina y ya está, mi lugar seguro, ese donde no tengo que penar ni sentir nada. La verdad, es que me da mucho miedo lo nuevo, siempre me ha dado miedo ser feliz, pienso que si sonrío, que si disfruto o que si bailo, la vida se va a dar cuenta y en cuestión de minutos un tumulto de malas noticias llegarán a mí. 

Qué mal, ni siquiera sé de dónde lo aprendí, quizá la sobreprotección de mi padre o el valemadrismo de mis madre nunca empataron y yo no me pude decidir de bando, me quedé a la mitad, muerta de miedo y hoy, 45 años después, sigo temblando de miedo con cada buena noticia y con cada mala noticia. 

Hoy sale mi sexto libro a la venta, tengo miedo de que mi editora llame a darme una mala noticia. Tengo miedo de que la editorial llame a darme una buena noticia. ¡Qué tragedia!, les enseño a mis lectores sobre corazones rotos y yo no sé si tengo uno que me haga sentir que la vida palpita a cada segundo.

Siempre tuve miedo de enamorarme, de casarme, de tener hijos,  de comer mucho, de comer poco, de ser yo, de reír, de llorar, de sobresalir como escritora, de fracasar como escritora, de no ser la mejor hija ni tampoco la mejor nieta; siento que tuve miedo de vivir porque eso podría significar que me iba a morir. 

He igual, todos vamos a morir, unos más felices y otros, como yo, solo tristes. La vida es de avenidas concurridas pero también de cielos azules y qué tarde lo entendí. 

Aura F. (:

****Historia de ficción. 

Comentarios

Entradas populares